sábado, 3 de noviembre de 2007

Cosmética





Nunca me ha entusiasmado la cosmética ni he sido de esas chicas que no pueden salir a la calle sin sus cremas ni sin maquillar porque si no piensan que van desnudas. Siempre me ha parecido una exageración.

Nunca me ha gustado ir maquillada y menos muy maquillada, esas personas que llevan mucho maquillaje (parece que para quitárselo necesitarían una espátula o algo más agresivo) me parecen antiestéticas ya que no es natural, se nota muchísimo el maquillaje y te preguntas como serán debajo de él.

Sin embargo, poco a poco estoy aprendiendo a apreciar sus ventajas y beneficios e incluso lo bonito que puede llegar a quedar un buen maquillaje. Nunca he usado cremas para la cara, pero cuando las uso noto que la piel lo agradece, que está más suave y no tira tanto. Además, una base de maquillaje ligera con un poquito de sombra y máscara en los ojos puede quedar muy discreto (tanto que ni se nota apenas) y mejora mucho la imagen de una persona.

Ahora que sé estas cosas, solo me falta quitarme la pereza de maquillarme más a menudo (poquito, sin que se note) y lo peor de todo, de desmaquillarme; y acostumbrarme a usar la crema hidratante todos los días, por la mañana y a ser posible, también por la noche.

Lo que nunca se debe hacer es compararnos con las mujeres de las películas ni de los anuncios porque los retoques informáticos y los superequipos de peluquería y maquillaje hacen milagros:



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