jueves, 23 de agosto de 2007

Nuevas experiencias

Cuando iba a empezar la carrera de farmacia, mucha gente me decía lo típico de tener una farmacia, trabajar en una, que que dura es esa carrera, etc, pero unos pocos me advirtieron que no siempre es bonito trabajar en una farmacia, ya que allí la gente viene a contarte sus penas. Hasta ayer eso no me había pasado en serio aparte de alguna explicación de una operación, una faringitis o poca cosa más (llevo dos meses). Ayer cambió mi suerte.


Una señora me pidió una pomada para los golpes y comenzó a quejarse de que el día anterior, cuando se cayó, no la quisieron atender en otra farmacia porque había gente. En esa situación puse cara de comprensión "Eso no puede ser", que le vas a decir. La señora que se vio comprendida comenzó a contarme su vida, muy deprimente por cierto, ya que su marido era uno de los malos, se le habían muerto dos hijos muy jóvenes, etc. Cuando le dije (no recuerdo a santo de qué) que por fuera se la veía muy bien, casi se me puso a llorar, me hizo pucheritos. Yo quería que me tragase la tierra. La señora quizás necesitaba que la escuchase alguien, pero ¿qué quiere que haga yo? y si se me pone a llorar ¿qué hago? no es justo, en la carrera solo dimos una mini-asignatura de psicología y solía ser de traumas sanitarios, no de traumas en la vida.


Espero que no me vuelva a pasar, no sabía donde meterme y la señora no me lo puso fácil, estuvo 20 minutos conmigo, si fuese psiquiatra o algo así me forraría, pero no es el caso.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Sufrir con males ajenos, es el peligro que se corre cuando se trabaja con humanos y se es buena persona, si fueses un pez no te pasarian esas cosas, tampoco si trabajases con peces.

Anónimo dijo...

Eso es lo más duro... normalmente no quieren que les digas nada, sólo que les escuches.

A mi cuando eso me pasaba lo que hacía era hacerle algún regalillo, un detalle... un brillo de labios... muestras de cremas... siempre dándole la sensación que se las das a modo de guiño... Nunca le vas a solucionar los problemas, pero agradecen tener en la farmacia a alguien que se acuerde de ellas. (Influye mucho si te acuerdas de su nombre y cuando vuelve le preguntas cómo está, llamarla por el nombre). Poco más se puede hacer.



Por cierto, he llegado aquí a través del foro de farmacia :P

Mumofarma dijo...

Tienes toda la razón Lau, supongo que les sienta bien que alguien les escuche, pero es muy duro hacerlo y supongo que hace falta mucha experiencia para escuchar bien, poniendo la cara que hace falta y sin sentirte mal. Yo solo estoy haciendo prácticas.